Luego de tres meses de tensión comercial, Estados Unidos y China han declarado una pausa en su guerra arancelaria. El acuerdo, anunciado el pasado 12 de mayo, representa una reducción del 115 % en los aranceles recíprocos, aunque de forma temporal, y mantiene un gravamen base del 10 %. También se eliminaron algunas contramedidas no arancelarias por parte de China. A pesar del alivio inicial, el panorama está lejos de ser estable.

Este nuevo entendimiento, que incluye un mecanismo de consulta bilateral con una vigencia de 90 días, ha sido interpretado como un gesto diplomático relevante, indicó el World Economic Forum.

Sin embargo, su carácter transitorio y la exclusión de sectores clave como el acero, el aluminio y los productos farmacéuticos, revelan que las tensiones estructurales continúan.

Para México, actor clave en la red global de comercio exterior, este nuevo capítulo representa tanto una oportunidad como un riesgo. La volatilidad entre las dos principales potencias económicas del mundo impulsa a muchas empresas a acelerar su reconfiguración de cadenas de suministro.

En ese escenario, el nearshoring hacia nuestro país cobra mayor relevancia.

“El mensaje para México es claro: mientras otros se aíslan, debemos integrarnos más”, afirmó una fuente cercana al sector exportador. El momento demanda fortalecer la infraestructura logística, facilitar procesos aduanales y reforzar la posición de México como un hub confiable y competitivo para manufactura avanzada y servicios estratégicos.

No obstante, también es necesario actuar con cautela. La experiencia ha demostrado que los compromisos bilaterales entre Estados Unidos y China pueden romperse con rapidez, y cualquier escalada futura podría arrastrar consigo a los socios comerciales, incluidos los ubicados en América del Norte.

El acuerdo actual no resuelve las profundas diferencias entre ambas naciones en materia de subsidios, seguridad tecnológica y liderazgo global. En este contexto, México deberá continuar diversificando mercados, apostando por la diplomacia comercial y observando de cerca cómo se redefine la dinámica económica mundial.


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